La paleta de colores
Circling y la exploración grupal del momento presente
¿Qué tan fácil nos resulta expresar con precisión cómo nos sentimos? ¿Con qué herramientas contamos para percibir en detalle lo que nos está pasando en la conexión con otros? ¿Qué habilidades tenemos para conectarnos profundamente y construir a partir de una percepción colectiva?
Una instructora de Comunicación No Violenta contaba la siguiente broma para presentar la lista de sentimientos: decía que las personas comunes en general distinguimos 2 emociones básicas para decir cómo estoy: bien, o mal. Los más avanzados sin embargo, llegan a distinguir 5 variantes: bien, mal, regular, muy bien y muy mal. Esta ocurrencia está muy relacionada con la distinción que me trajo a escribir.
No puedo evitar sentir un vuelco interno al ser testigo de las capacidades desarrolladas por la práctica de Circling. Participo habitualmente de encuentros online globales, donde nos conectamos por 1 hora con personas que nunca ví antes. Y me ocurrió por ejemplo un día que a los pocos minutos de escuchar cómo una persona detallaba su experiencia presente, me conmoví hasta las lágrimas. Y no es que estuviera contando algo extraordinario… o sí, estaba describiendo con una precisión y gracia infinitas las aristas de su sentir, desear, imaginar, pensar en ese preciso instante. La energía de su propia conexión con su momento presente era tan fuerte que irradiaba luz hacia el resto de los participantes. ¿Qué quiero decir con la “experiencia presente”? La imagen más clara que me viene es de las veces en que he observado la cara de un bebé recién nacido, y a partir de una secuencia increíble de gestos en su rostro: sonrisa, puchero, sonrisa, paz, puchero… puedo vislumbrar la infinidad de experiencias físicas y emocionales que va teniendo, una después de la otra traslucidas a través de esa piel transparente, sin filtro mental.
Volviendo al momento que relataba del encuentro de Circling, personalmente me surgió responder cómo impactó en mí lo que esa persona acababa de compartir: intenté describir cómo me conmovió la forma en que mostraba su vulnerabilidad del momento, y que me llegaba una imagen suya de mucho coraje y valentía. Instantáneamente esa repercusión llegó a ella, sorprendida porque en su registro presente no había visto aristas de fortaleza en sí misma, y las reconocía ahora. En ese momento un vínculo muy real, profundo, fresco se dio entre dos ‘perfectos desconocidos’. Es bello tener acceso a esa magia de la naturaleza humana.
Afinar la forma de expresar el presente
Siento gran admiración por la capacidad de estos practicantes de poder expresar con una paleta de colores inmensa su experiencia presente, sin basarlos en ideas, preconceptos, convenciones ni construcciones del estilo, sino manteniéndose fieles a ‘lo que está vivo para mí en este momento’. Al aprender Circling decimos que buscamos profundizar en la experiencia presente, identificar lo que está ocurriendo en mí en este momento, y eso no quiere decir entenderlo con mi mente, buscar los porqué -que bucean en el pasado- ni los para qué -que se proyectan al futuro- ni ninguna otra cosa que me saque del ahora mismo, y de mi conciencia de lo que me está ocurriendo, en mi conexión conmigo y con los otros. A su vez, conocer la experiencia presente de otra persona implica ejercitar la escucha más generosa, desde una curiosidad primitiva, aquella que se pregunta cómo es ser el otro en este momento, la que no quiere llevarlo a ningún lado, la que sólo quiere ampliar los tonos en la paleta de colores con la que lo ve… y al hacer eso, lo espeja.
Al profundizar en nuestra propia experiencia presente buscamos traer al frente nuestro, cosas que tenemos operando en background, de las que no somos muy concientes. Al traerlas a la conciencia, al nombrarlas, ganamos claridad sobre nosotros mismos, nuestros impulsos, condicionantes, sensaciones, historias, emociones, y cómo todo ello juega al relacionarnos con los otros. Un ejemplo podría ser: “Noto en mí mucho entusiasmo ahora, una parte de mí está super motivada por compartir con el resto sobre el tema de esta reunión. Y a la vez identifico otra parte mía que me retiene a hacerlo, es como un temor a sentirme juzgada y que mi entusiasmo no sea comprendido.” Y lo interesante del encuentro en el círculo es que muchas veces los demás nos ayudan a identificar esas cosas del background que nosotros mismos no llegamos a ver, nuestros puntos ciegos, o difusos. Hay tremenda frescura en ese proceso ya que no es analítico, no es mental, sino mucho más completo, es del ser.
Observo que la práctica de Circling, Authentic Relating Games o variantes similares agudiza el ojo (que ve), el lenguaje (que -de mínima- comunica) y la sensibilidad (que registra) a niveles asombrosos. Nos permite conocernos, conectar con otros y conocerlos, en un espiral ascendente de desarrollo. O debería decir espiral descendente de desarrollo, que nos permite despojarnos de todo lo artificial que solemos llevar puesto, de desaprender y recuperar la frescura del bebé, aprovechando los recursos del adulto.
Y vos…?
¿Qué te habilitaría el ampliar esta paleta de colores propia? ¿Qué impacto imaginás que podría tener este nivel de conexión en tus relaciones personales, laborales, etc.?